lunes, 16 de junio de 2014

SÓLO ESTABA MIRANDO

(Octubre-noviembre 2009)

Qué fáustica es tu genética,
¿podrá una lengua fundirte el acero?
la elocuencia seductora de tus formas,
dejas a cuadros a las altas esferas,
eres la recompensa como anticipo,
la chica que hace perder a la que merece la pena.
“Suerte que no eres carpintero”, me dirían en el trabajo,
“porque ya no tendrías dedos”,
o intentaría fumarme el lápiz de la oreja.
En la jungla no comprenden mi zoofilia,
con tu piel privada y tu esmalte de uñas granate me monto una filmografía,
puedo intentar todo lo que murmuras en soledad,
loco de atar, si es lo que te place,
preguntas: “¿puedo ayudarte en algo?”,
y yo: “sólo estaba mirando”.

Me gusta tu vestido verde,
lo que significa que me gusta tu vestido verde, no tu cama,
no sólo tu cama.
No tienes nada de misteriosa,
hasta allí donde eres un misterio para ti misma,
quizá seas una gota de vino que rebasa los labios,
quizá seas la heredera de los derechos de explotación de Chupa-Chups,
ya era hora de un rostro prístino y curioso,
sin un corte de pelo trágico,
porque, cariño, siguen en sus condenas cuando te hundes,
a las penas, bomba atómica,
cultivaré con tus pesares flores de desangelo,
quererte es lo más espontáneo que puedo hacer por ti,
insistes: “¿has visto algo que te gustara?”,
y yo: “no me acabo de decidir”.

POR NO LLORAR

Ahora que has vuelto,
te extraño.