sábado, 25 de julio de 2015

LA COSA, POR SUS NOMBRES

El amor es una palabra de ocho letras

el amor es una palabra de cinco letras

el amor es una palabra de siete letras

el amor es una palabra de doce letras


el amor es una palabra de seis letras
el amor es una palabra de seis letras
el amor es una palabra de seis letras


el amor es una palabra de cuatro letras que no es la palabra 'amor'.


sábado, 18 de julio de 2015

NO ES DIVERTIDO SER UN VAMPIRO

(abril 2014 – julio 2015)

Eres lo mejor que podía pasarme en la vida,
pero diez años pronto;
te quiero tanto
que podría justificar tus traiciones.
Listo para ser tu príncipe azul oscuro,
bailar en habitaciones sin luz
donde puedo esconder mi sonrisa hastiada,
y luego reconocer que, ahora que has vuelto, te extraño.

Sí, me he quedado boquiabierto,
esta congestión nasal hace unos días que dura,
pero, por ahora, la sangre no se ha puesto nerviosa.
Sólo conozco lucha más dura,
y es la de ser mala persona,
y aparentar ser buena.

Sé llamativo,
no raro;
sé misterioso,
no inquietante.
Es el Carrer del Perill, y hay un body help,
hay tiendas de ropa ceñida y un gimnasio,
y, claro, petardos.

Más abajo, gente fumando, abducida, de cara a la puerta de los bares,
hombres que alardean de ser fieles a sus parejas cuando nunca se han comido un rosco,
más fatídicas muestras de la sacralización de la sangre de la propia sangre,
y una mujer llorando en un banco junto a dos enamorados que juegan a piedra, papel, y tijera.
La ciudad es como una bella rotonda donde duermen los borrachos,
y, mientras giro una y otra vez en su interior, aseguro:
“las ciudades, son tan bonitas idealizadas desde aquí
que para qué me voy a desengañar”
.

En el reflejo de las ventanas
no somos más que fantasmas,
o gratas impresiones
rodeadas de sólidos recuerdos.
Hay nihilistas que se dicen anarquistas,
mientras otros confunden su cobardía con la temeridad ajena;
ejemplar también es el ejemplo a no seguir,
y el destino está peligrosamente cerca del desatino.

Las cosas ya no son lo que eran
después de haber dejado de ser lo que habían sido antes,
veo almas muertas
en lugar de gemelas,
aunque también tengo antojos de luz
que se disipan antes de entrar en calor:
preguntadle a mi instinto por qué torea a la empatía.

Pierdes memoria
e impulso para escribir
flotando boca abajo en una superficie
que confundes con las profundidades.
Como puñalada emocional que seré,
me desmayo a pies juntillas;
siempre vuelvo a la utopía,
pues la barbarie de este mundo
es el amor práctico.

Madre de dios!
madre de cristo!
madre, di adiós,
que por ti existo,
ya ni me siento estúpido mientras respiro,
ni puta gracia, ser un vampiro.

martes, 14 de julio de 2015

¿QUÉ MÁS MAL QUE MAL HE HECHO?

(febrero-abril 2009)

Creía que funcionaba así,
partirte el corazón para poder entrar en él,
con la libido entonada soy capaz,
demasiado narcisista para desear algo más.
Ni sufrir, ni arrepentirse, ni lamentar,
es la estudiada victoria del sentimiento cerebral,
qué agreste realidad esta armonía recuperada en tu ausencia,
una pérdida que me ayuda a respirar.

¡Y el cabronazo se maquilla al escribir!
no debí comprar muebles viendo el castillo de naipes,
pero es demasiado inofensivo que sea entero de papel,
aunque me dejaste de piedra con esa sentencia imprevista,
parecía bien sujeta por tus dudas:
“a veces pienso que soy la primera que se te plantó delante”,
pero no la última que quedará atrás.

Quedan algunas parcelas de bienestar,
estuviste al otro lado de una revista enrollada,
siempre te dije que las solteras son más atractivas,
tendrías que haberte imaginado todo esto,
aunque asumo la culpa de tanto egoísmo,
admito que la intención solo dura un suspiro,
cae en saco roto el mismo error:
me equivoqué al creer que contigo sería diferente.

Y me llamas a casa por si lo he estado pensando,
te digo que pierdes el tiempo, y que esto no te ayuda,
tu desconcierto intenta sonar indignado:
“tú, en vez de corazón, debes tener, yo qué sé, una prótesis”,
y ¿qué culpa tengo yo de que solo nos haga falta el amor?
porque solo nos hace falta el amor,
el amor propio, para llegar a viejos.