lunes, 15 de diciembre de 2014

EL ESCRITOR COBARDE

El escritor cobarde ya no escribe,
anota,
no apostó a ganarse la vida con sus textos
porque el premio era el sustento incierto.

Es de los que defiende que, para cuando todos aprendimos a leer,
los de siempre ya publicaban,
cada vez más, sus "yo, lo que creo"
pertenecen al creer y no al crear,
cometió el error de perseguir a las mujeres sobre las que escribía
en lugar de a las que le leían,
no le importa la clase,
ya se la quería saltar de estudiante,
y no está clara su deriva vital:
¿se resigna a sobrevivir
o se esfuerza en no desentonar?

El escritor cobarde canta viejas canciones,
su lamento resuena por todas las plantas del párquing,
y los clientes pasan, inquietos, ante su cabina,
pese a que él les sonríe y les dice “buenas noches”.

Hace tiempo que no carga con mochilas ni bolsas de plástico,
tiene demasiado sueño para la cultura,
malgasta su vocabulario en las redes sociales,
y luego aqueja anemia literaria,
le auguran que el amor le espera en un futuro no precisado,
y él responde, enojado:
“¿qué más me da que encuentre a alguien que me quiera
si no la quiero yo a ella?”
,
mientras sigue sin dar en su bolsillo con la llave de la alcoba de la filosofía,
de la que recuerda la tristeza del paquidermo viendo a la cebra atacada por las leonas,
a creer en morir de tener que morir.

viernes, 12 de diciembre de 2014

SI ESTAMOS JUNTOS

Si estamos juntos
nunca te fascinaré
nunca intentaré que vistas mi ropa
nunca dejaremos de cenar en la barra
nunca escatimaremos en bolígrafos y papel
nunca necesitarás depilarte
nunca te quedarás sin final feliz de peluquería china
nunca criticaré a tus amantes guapos
nunca conservaremos la felicidad
nunca, nunca tendremos gato
nunca el físico dejará de importar
nunca responderé lo que piense antes de hablar
nunca serás menos que trending topic
nunca el estar se convertirá en soportar
nunca, en realidad, tendré un nunca
si estamos juntos.

lunes, 1 de diciembre de 2014

TRES TRISTES TIGRES

(marzo 2011-noviembre 2014)

Tres tristes tigres,
vencidos por la apatía de la desolación,
con la cabeza como soltada sobre sus zarpas,
y unas miradas que piden “si tan sólo alguien me acariciara la nuca...”.

No hay música que amanse vuestro duelo, fieras,
ensordecedor en su cercanía,
llamativo desde la lejanía,
lucen los bigotes más mustios de la jungla,
y sus fauces musitan lamentos.

Unas tras otras, horas magulladas,
traicionados por la genética,
cabriolas de la errante naturaleza,
el pensamiento puede convertirse en el pozo sin fondo de la desdicha,
la vida interior transcurre lejos de los reflejos,
y la muerte, demasiado cerca.

Tres tristes tigres,
tres feroces depresiones devorando antaño depredadores,
mascando trigo por inercia,
sin ánimo para tragar,
sus tripas son lo único que ruge,
porque la selva es un reino de arribistas,
y la Tierra, una resaca universal.

Trigal de espigada inconsolabilidad,
uñas escondidas a la sombra de un platanero,
colas inertes, festín para las moscas, sus traseros,
bochorno que asesina agónicamente,
y ya llegan los buitres
oliendo la sensibilidad desde el cielo,

almas gemelas,
sufrimiento paralelo.