miércoles, 15 de agosto de 2018

LA LISTA DE LOS PESARES

(septiembre 2017-agosto 2018)

Pese a los amores potenciales,
a la familia cercana,
a los amigos,
a los colegas salvables.

Pese a las fotos de Mireia,
a los SMS de Silvia,
a los tuits de Carlota,
a los correos para Carla.

Pese a Claire Denis y Kelly Reichardt,
a Danielle Johnson y Diamanda Galás,
a La Venere Bianca y Bibian Norai,
a Ajo y Víctor Català.

Pese a las fantasías con orejas,
al parpadeo como espionaje,
al orgasmo inimitable,
a la inmunidad pasajera y salvaje.

Pese a las cavas,
a la yugular,
a las coronarias,
a la femoral.

Pese a que mueren de viejos,
a que viven de lejos,
a que enferman,
a que les matan.

Pese a la tranquilidad
que precede al malestar,
que precede al hartazgo,
que precede a la desesperación.

Pese a la Lista de los Pesares,
al Diccionario de los Horrores,
al Mapa de los Abismos,
al Libro de la Demencia.

domingo, 12 de agosto de 2018

MILLOR QUE EL SEXE

(12 d'agost del 2018, 09:00h-09:10h)

Millor que el sexe,
la teva expressió burleta i orgullosa,

millor que el sexe,
veure't dirigir-te amb dolça i prudent timidesa als desconeguts,

millor que el sexe,
trobar-te llegint, estirada al llit, amb ulleres i en calcetes,

millor que el sexe,
abraçar-nos davant el ventilador,

millor que el sexe,
deixar-nos passejar per la teva gossa,

millor que el sexe,
veure als altres tenir sexe (que ja és sexe),

el sexe és millor
que acompanyar la teva exasperació a la parada de La Hispano Igualadina,

però millor, molt millor que el sexe
el teu somriure reconfortat quan et dic que t'estimo.

EL AÑO EN QUE TERMINEN TUS RESACAS

(Marzo-Agosto 2018)

Porque yo soy hombre y tu eres mujer
mis actos serían considerados machismo
y no gestos de pura estima;
intromisión, violencia, abuso
en cada vaso estampado contra la pared,
en cada botella rebentada en la calle;
hay quien reserva plaza para mudarse a Marte,
yo solo quiero estar presente el año en que terminen tus resacas.

Me fui con mi moralismo a otra parte,
a este texto de impacto improbable
donde puedo escribir bien alto,
hacer de la confusión entelequia,
acercar el papel y apuñalarlo,
y, sobretodo, reconocer, dolido,
que aquel en el que nos conocimos
no fue el año en que terminaron tus resacas.

A veces, logro escalar los argumentos del consuelo,
y, desde allí, no sé si lloras o duermes,
pero siempre veo tu cabeza gacha,
lanzo espejos a tus arenas movedizas,
se hunden antes de que distinga
el rictus dibujado en tu cara;
son misterios parejos y quizá conectados
al año en que terminen tus resacas.

Observarás mentes, encontrarás cera,
cableados sueltos en los que apetecerá columpiarse,
ese ruido opaco, salvaje y sostenido cuando solo se producen forcejeos y gruñidos
recuerdos dolientes que no sueltan amarras con el presente,
una linterna parpadeante en la cueva de los motivos;
no va a mejorar la vida, no,
pero al menos habrá vida
a partir del año en que terminen tus resacas.