domingo, 27 de septiembre de 2015

LA VICTORIA DE LA FRANQUEZA SENTIMENTAL

(septiembre 2015)

Te escribo a prueba de horarios;
te escribo desde mi paraíso,
que, para ti, sólo es el recreo;
te escribo con las flores removiendo el estómago,
con la tensión de la mandíbula, aún y el letargo;
te escribo, o, quizá, cavo;
sobrevive un trapo izado entre el hacinamiento,
el de la inevitable victoria de la franqueza sentimental.

Quebraderos de ilusión, que no la parten;
aunque, a veces, me apetezca más echarte de menos
que estar contigo,
me bato por conseguir seducirte sin magnetismo,
y que no hagas nunca más el amor a oscuras.

Cuando merodeas por mi cabeza
convocas a las palabras,
y, agarradas a mis piernas, intento encontrarles cobijo.

Julián me preguntó por ti,
se pensaba que estábamos juntos,
y le cogí aún más cariño
porque, al menos, en su mente existíamos como pareja.

Quiero mi vida y tu amor,
no porque tenga miedo de escoger,
sino porque siento que sólo estoy luchando contra las convenciones,

yo siempre te espero,
incluso cuando no quedamos,
y, si bromeo con tu novio, no es porque no me importes de verdad,
es porque es un buen chico.

Crees que me gusta jugar a atarme losas al cuello,
pero acércate más, y verás la cadena,
oirás a las heridas aullar,
y seguirás desconociendo que no es hasta que te da pavor la ausencia de alternativas
que conoces a la verdadera soledad.