sábado, 16 de enero de 2016

SIRENAS

(octubre 2015 - enero 2016)

Tengo el corazón atado a las costillas
para que no escape nunca más,
y me castiga hiriéndose al estirar,
me castiga con su instinto.

El Estado de Ánimo es el peor régimen que he conocido nunca,
el consuelo vive en el ático de un edificio con escaleras blandas,
las encías de los sentimientos son afiladas,
"en el amor", dijiste, "contra menos categórico, mejor",
pero ser comprendido deja de ser una aspiración
cuando el reto es entenderse a uno mismo.

Ayer me subí a un taxi,
justo acababa de llevar a Urgencias a una embarazada que había roto aguas,
y, pasando la mano por la tapicería húmeda, me acordé de ti,
y de otras sirenas cuya alma es vendida como maldición,
sirenas con las que no me cansaré de nadar,
pues no sobrevivís lejos del mar.

Si existe un destino, lo habéis suplantado
abriendo las ventanas de vuestros rostros cada día;
si no es apretado a vosotras,
prefiero bailar las lentas agarrado a mi propia cintura;
me fascináis tanto todas
que no puedo evitar explicar a unas las penas que arrastro por otras,
y acabáis confesando: "tus pensamientos se centran en mí,
pero soy yo la que tiene dolor de cabeza"
.

Mi oscuridad no tiene interruptores,
por eso, el resplandor de vuestra piel
confunde a mis pupilas,
y me hace creer que puedo vivir de día,
pero no soy más que un anfibio que sólo puede vivir fuera del agua,
un escritor que pierde lectores sin tener ninguno,
un hombre invisible atrincherado entre espejos
cuyas mentiras se han vuelto serias.

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