sábado, 1 de julio de 2017

RECUERDOS DE LA PIERNA TIESA

(febrero-junio 2017)

Mi eterno conflicto interno
trasladó su campo de batalla
a donde cuatrocientas fases lunares
iluminaban un cementerio de guerreros,
y, en el páramo de las sombras,
la consecuencia es esclava de la suspicacia,
consiguiendo hacerme dudar.

Las señoras me miran con compasión,
pero aliviadas porque no soy su yerno;
en el ambulatorio, dos hermanas:
la de diez, ya disimula frente a la gente peculiar,
la de seis, permanece absorta,
también le llegará la hora,
sí, doctora,
puedo llevar una vida normal,
pero no una vida anormal,
que era mi vida.

Escuchar a Leonard Cohen cantar "I got no future / I know my days are few",
y vivió un lustro más, y sacó otros dos discos,
tampoco tenía ni puta idea, como todos.
Busco una silla apartada
en el rincón en el que las palomas vienen a morir,
aunque mi espíritu es equino,
y me tendréis que sacrificar.

Cálido sol de invierno meciendo esta mañana de domingo,
descanso en el único banco vacío frente a los columpios del parque,
y, anestesiado por la tenuidad del mediodía, me doy cuenta
de que dentro de una generación me estaré haciendo pajas viendo a chicas que ahora acaban de nacer.]

El físico es un infierno
cada vez menos delimitado,
el cuerpo es el Congreso, el alma es el Senado,
los años no me dejan en paz,
mi omnipotencia tiene sida.

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