sábado, 30 de agosto de 2014

BÉSAME, TONTA

Puedes estar segura
de que, en mis últimas semanas de lucidez,
ya estaba enganchado a ti,
pues la evidencia, ofendida, hizo trizas mis defensas.

Desde entonces, estabas tan dentro de mí
que antes no te veía, pero ahora sé que no estás aquí,
las grandes oportunidades
son pálidas ocasiones,
la cultura ya no es oxígeno,
aunque se mantenga como bálsamo.

Me recomiendan que te olvide,
y yo insisto en pensar en ti
porque, si no, me engañaría,
y sólo sé que vivo cuando creo,
no sé si el patetismo ríe o solloza en mi hombro,
pero sé que es una lapa.

Mira, mamá, un sin manos emocional,
dientes de menos, moratones de más,
nadie me dice que tengo cara de hombre enamorado
porque no soy un hombre de quien te hayas enamorado,
y, si tú me ves feo,
yo me veo feo,
qué injustos son mis sentimientos contigo,
pero también conmigo.

Dije que tengo paciencia,
pero espero llegar entero al futuro,
¿cómo puede ser mi gran drama quererte con locura?
asumiría quedarme manco si antes te acariciara de arriba a abajo,
necesito emborracharme con tu saliva,
y, cada vez que te leo, sé que es más que deseo,
así que, cuando el tiempo empiece a relativizar todo esto,
renegaré de la experiencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario